Por: María Luisa Rodríguez Martínez
El verbo practicar, cuando se lleva a nivel de identidad o se personaliza se convierte en “practicante”. Y entonces implica, de acuerdo a los niveles lógicos de Robert Dilts, una serie de valores, creencias, habilidades y conductas que permiten distinguir a una persona que desconoce la PNL de una que la vive en su vida diaria.
Te invito a analizar el ser, a nivel de identidad en un Practicante en PNL, con los Niveles Lógicos de Dilts.
Vivo el valor del respeto por las opiniones del otro, aunque invierta tiempo, puedo darme la oportunidad de indagar qué fue lo que se entendió, cuando no se sigue una instrucción que di a alguien. Y reconocer así, dónde está el mal entendido. Cuando alguien opina diferente a mí, lo hago consciente en mi persona, e internamente examino si mi creencia es o no correcta. Cuando no ejecuto algo, o dejo para después lo que tengo que hacer, reviso cuál es la creencia que me está impidiendo actuar. Me he hecho responsable de las circunstancias de mi vida, sin culpar a los demás.
He aprendido a vivir con conciencia, que es lo que los grandes pensadores de todos los tiempos mencionan, palabras más, o menos, sobre el “vivir el aquí y el ahora”.
Cuando elegí el camino de la PNL, lo hice pensando en que había encontrado una forma de auto conocimiento, de administrar mis emociones, y de superar algunas creencias. Fue eso y mucho más. Puedo decir que: en todo momento y en todo lugar, se pone en acción la programación neurolingüística.
Ser un Practicante en PNL es una forma de vivir mi camino de vida. Es un reto que te lleva a una vida plena.
